martes, 11 de mayo de 2010

El Papa proclama la infalibilidad… del comunismo

60

(A mi padre, comunista convencido,
defensor de la República por sobre todas las cosas,
ella fue Dios para él,
con el que tanto y tanto discutí,
no por que no creyese en Dioses de la Otra Vida
desde que leyera un libro
relato de las atrocidades de la Iglesia
siendo un joven en Galicia,
sino por hacerle ver
que los santos padres Lenin Stalin
eran figuras igualmente tenebrosas,
que él siempre pensase difamación de occidente,
parejos en humanidad cultura y moral con Franco)


1870
Nada menos que ese año.
La Iglesia elige sus fechas con un tino…
1870:
Se proclama el dogma de la infalibilidad papal
y Lenin nace para aplaudirlo.
Otro infalible.

Con otro siglo de espera,
1970,
le hubiese dado lo mismo
poner por escrito el dogma,
si ya de todos sabido
y respetado de sobra.
No era el mejor momento,
¿”inspirado por el espíritu santo”?,
elegir el nacimiento del líder comunista
para que todos supiéramos
por el derecho canónico
el que la infalibilidad exista,

Pero ya lo dijo Madariaga:
Este es el lenguaje de casualidad
por el que Dios habla,
si sabemos entenderlo.
Nos da mucho que pensar
esta rara coincidencia,
como el que tenga que ver
Lenin bastante más que Cristo
con la infalibilidad de la iglesia,
siempre infalibles poderes terrenales
si también revestidos del don de dar o quitar vidas.

Claro es que Lenin no eligió el momento de su nacimiento
(¿No lo eligió? ¿No lo elegimos?
Y sin embargo estamos en el lugar y a la hora
que víctimas verdugos hace, nos hace);
pero la infalibilidad fue la estrella de oriente
que vino a anunciarlo
anunciando al comunismo.
Comunismo de Lenin & Cía
se da por sobreentendido;
pues antes que Marx fue Cristo.
Que Marx hubiese sobrado
de no haber Papa infalible.


En “Dardo de luz la lámpara”,
al comienzo de la obra, dije:
“Un título solvente es lo que necesito
para salir del charco-anonimato
de este circo en el que soy la fiera de mí misma”.
Podemos dudar de la solvencia del apuntado:
“El Papa proclama la infalibilidad… del comunismo”;
pero seguro que tendría mercado
entre comunistas y curas
o coleccionistas de lo raro.
Aunque las circunstancias mandan:
Título tan luminosamente verídico
habrá de palidecer en el centro o en la calma
de este huracán,
libro grito zarpazo a la muerte y de la muerte,
pues se ha quedado “en el ojo”.

Aquí en el centro de este “Camino de espadas”
el Papa proclama la infalibilidad… del comunismo.

No hay comentarios:

Related Posts with Thumbnails