Cristales agradecidos

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Se ha prendido una hoguera
en la lámina de cristal de mi ventana
o mi cerebro mismo
para irradiar mi alma desde aquí.
Un crepúsculo propio
tiene al beso solar,
un amanecer propio,
la cara de mi cuarto
ventana de cristal,
¡Ojos!,
los ojos tras los cuales
habita la labor de mis neuronas
fecunda silenciosa.

Las gentes que pasan
o desde otras ventanas
pueden mirar dos soles:
el que en mi misma casa
puja con el del cielo
y ése que de todo suelo
para todos es.

Bien me da en abundancia su tesoro
…Más bien lo robo
con mi boca sedienta.
¡Pero mirad mi boca!
¿No devuelve alaridos de luz
por cada triste rayo recibido?
Cristal agradecido
los ojos de mi cara
ventana de mi casa
habitación.