Labor intelectual:

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Poner del derecho este mundo torcido.
Con dos pies me bastaba para desempeñarla.
Con el uno frenaba su rotación siniestra;
y con el otro, ¡patada!,
poníalo en marcha
en dirección opuesta,
en dirección correcta.

Con pies más que con cabeza
la labor del intelecto
y competir en iguales condiciones
que el ad nauseam profesiones
que buscan nuestra extinción
y no sólo balompié
ni otras guitarreras masas.
Campus universitarios
repletitos de ad nauseam.

En ello mismo su peor enemigo.
No lo hay peor que escritor para escritor,
que el pensamiento aplaudido
para esta labor de intelecto
que debiera emprenderla a puntapiés
no a razonamientos
¡con todos! todos ellos…
Y poníalos en marcha
en dirección contraria
en dirección correcta.
Con dos pies me bastaba…
Pero siempre son más eficaces las pistolas
garantes de pensamiento oficial
que parece abrir brazos fraternales
a todo lo que degüella,
ensucia, vuelve como él.