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El rayo pone una escalera de ira
entre la atmósfera y la tierra;
la lluvia es un montón de ojos
que plañen tu final tan triste,
los anónimos ojos del dolor humano.
Yo estoy aquí; no siento nada.
La impotencia es el luto que me viste.
No puedo ni llorar ni rebelarme.
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